lunes, 30 de noviembre de 2009

Objetivo Florencia (IV): ya estamos aquí

VIERNES, 27 DE NOVIEMBRE DE 2009

Para no perder la costumbre, me levanto temprano y a las seis de la mañana ya estoy trotando por el Bulevar. Es el penúltimo madrugón, el último rodaje antes de la cita del domingo. 10 kilómetros tranquilito (por cierto, como es un poco tarde, hoy no me encuentro con Paco Reyes), ducha, desayuno, los niños al cole, y ponemos rumbo al aeropuerto de Jaén (¡?).
El avión, con salida prevista a las 13,05 horas llega con retraso, y por tanto embarcamos con retraso, y por tanto vamos a salir con retraso. Ya en nuestros asientos, el comandante dice por megafonía que la cosa se demorará un poquito porque hemos perdido el horario para tomar la vía aérea prevista; lo dice en un inglés imposible, pero yo, para tirarme el pego, digo que el retraso será de cinco minutos... aunque cuando alguien de la tripulación lo traduce al italiano y al español resulta que son 45 minutos: pitada general, cabreo, ¡que suban el aire acondicionado! (grita alguna)... y alguno que otro se pone colorao e intenta justificar que no escuchó el forty.
Finalmente llegamos a Bolonia con un par de horas de retraso, y eso lo fastidia un poco todo. Recogemos el coche alquilado previamente desde España, ponemos rumbo a Florencia, pero en la circunvalación hay un atasco impresionante; eso es un caos circulatorio y no de lo que nos quejamos aquí, incluso ahora con las obrillas. Por eso, el primero de los tres coches decide encomendarse al gps integrado en el teléfono que compró por 30 euros, y todos tiramos detrás; nos adentramos en el centro de la ciudad, y dando más vueltas que una dinamo llegamos a nuestro primer destino: feria del corredor para recoger el dorsal.
Hecha la primera cosa, ahora toca tomar posesión del hotel. Llegamos sin mayor problema (el gps es una máquina), pero las dudas nos vuelven a surgir cuando el recepcionista nos pone desde el principio mala cara, y no hace más que remover papel tras papel sin asignarnos las habitaciones reservadas desde España. Tras unos minutos incluso de tensión, todo se aclara. Parece ser que una de nuestras habitaciones se la han dado a otro inquilino que llegó antes, y por eso nos tienen que dar, a regañadientes, una suite. Me toca a mí (será el Destino), y resulta impresionante alojarse en un palacete a orillas del Arno, en pleno casco histórico de Florencia, con terraza incluida. ¡Coño!... si tenemos hasta zapatillas de esas blancas que salen en las películas de los hoteles de súperlujo.
Paseo, cena en una Tratoría (no sé si es escribe así)... y a dormir que el día ha sido muy largo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Entre vampiros y hombres lobo anda el juego

Ayer fui al cine y tuve una sensación extraña. No sé si porque era la primera vez en bastantes años que la sala estaba prácticamente llena, o porque -aunque me parezca extraño incluso a mí- no me molestaban los continuos comentarios que realizaba la mayoría de los espectadores sobre lo que ocurría en la pantalla. Y mira que esto último me jode. Aunque quizá la respuesta esté en que no es lo mismo ver Bambi 2, Un Chihuahua en Beverly Hills, G-Force, Up... que Luna Nueva.
La primera parte de esta cuatriología la vi en DVD, y la segunda en el cine (ayer). Todo un fenómeno editorial que está teniendo un espectacular éxito en su versión cinematográfica. Yo no he leído ninguno de los libros, y por lo que he visto en las películas, creo que la decisión ha sido acertada. Ni lo he hecho, ni lo haré.
Quizá sea el pertenecer a otra generación, o no sé, pero lo cierto es que no entiendo muy bien cómo puede tener tanto poder de atracción un tipo blancuzo y pajizo, con cara permanente de malafollá, y que, para más inri, el actor que le da vida en el cine ha reconocido que en la vida real es un poco guarrete. Y sin embargo no hace más que aparecer en pantalla -casi siempre a cámara lenta y con música sugerente- y empieza a subir la temperatura en la sala; al menos así se desprende de lo que se oye por allí.
Me parece mucho más interesante el espectáculo que ofrece el indio, marcando -y de qué manera- músculo, así como un color tostado natural que es la envidia de cualquiera. Además, es un hombre lobo, y donde se ponga el hombre lobo -tipical hispanish- no se pone un vampiro -ni el fútbol- en su vida.
La cosa no hay por donde cogerla. Sólo me divierte el pensar que la chavala se enamora de un vampiro y de un hombre lobo. Ya es mala suerte.
También me gustó bastante el final de esta segunda parte de la saga: fuerte suspiro de todas, y aplauso generalizado.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Bautismo civil..., una locura

Me he enterado por el amigo Poveda que la provincia de Jaén ha celebrado un bautismo civil. Aunque no lo dice en su artículo, deduzco que ha sido en Bailén, por la sacerdotisa oficiante, algo que no nos debe extrañar ni siquiera en Jaén porque, si no recuerdo mal, Torreperogil también acogió un acto de este tipo no hace demasiado tiempo.
Estos padres, que imagino no se casaron por la Iglesia, han hecho gala del sistema de libertades que rige nuestro país, y me parece bien. Lo que ocurre es que deben tener en cuenta que aunque al bautizo civil de su hija le hayan puesto el nombrajo de Acto de Bienvenida a la comunidad democrática, éste no hace falta simplemente porque -y como bien dice Poveda- ya existe en el momento en el que los recién nacidos son inscritos por sus padres en el Registro Civil. Es más, si una familia católica bautizara a su hijo pero no lo apuntara en el Registro Civil, no serviría de nada; por eso, el Acto de Bienvenida a la comunidad democrática se viene celebrando desde siempre en nuestro país. Yo creo que lo que los padres han hecho más bien ha sido la Comilona de bienvenida a la comunidad democrática, y en mi opinión está bien hecho, aunque para este tipo de historias (y ahí coincido con Poveda) no hace falta tanto artificio. Es más, cada vez que yo acabo una carrera (de atletismo), independientemente del mayor o menor éxito alcanzado, celebro la Comilona fin de carrera; pero lo hago en la intimidad, sin llamar a ningún concejal para que de fe del acto.
Este tipo de cosas... los bautizos civiles, me refiero... digo que este tipo de actos me parecen, cuanto menos, hipócritas. Sí, hipócritas porque estamos viendo cómo se vapulea sistemáticamente a una Asociación -permítanme el término- como la Iglesia, y después sin embargo imitamos en nuestra vida laica las mismas cosas que hacen los católicos pero con su sentido religioso. La verdad es que no lo acabo de entender.
Por cierto, y simplemente por lógica coherencia de ideas y principios, imagino que estos padres que no se casaron por la Iglesia, y que ahora bautizan por lo civil a su hija, después pedirán para ella la primera comunión civil y, llegado el momento, que llegará irremediablemente pero ojalá Dios lo retrase lo máximo posible, a la hora de afrontar la muerte de algún miembro de la familia se habrá cursado la petición pertinente para que al cuerpo del fallecido no le sea dada cristiana sepultura mediante un funeral en la iglesia, sino que será despedido en el ayuntamiento -por poner un sitio- y oficiando el acto el acalde o concejal de turno.... Porque todo esto (bautizo, primera comunión, matrimonio, sepultura, etcétera) son actos religiosos.
Lo dicho, una auténtica locura en la que nos estamos embarcando.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Carlos Sánchez, el Hispano

Carlos Sánchez ha vuelto a la senda de la cordura tras la reprochable salida de tono que tuvo hace unos días, en una infausta rueda de prensa en la que disparó contra prácticamente todo lo que se meneaba.
Un error de bulto a los que no nos tenía acostumbrados, y que como todo en esta vida es perdonable porque, como él mismo ha dicho, es el primero en siete años (los mismos que lleva como presidente del Real Jaén).
He visto por ahí cómo hay quien califica como valiente lo que hizo el presidente en aquella comparecencia pública, sin embargo no comparto esa opinión. Creo sinceramente que cuando ha demostrado todo su valor y toda su valía fue precisamente el pasado lunes cuando, en Onda Jaén Televisión (en el programa Minuto 90, con Manolo García), pidió perdón por lo dicho en un alarde de humildad y saber estar que no están al alcance de cualquiera. Creo que precisamente ese sería el titular (y el resumen) de lo ocurrido, y que él mismo tuvo la lucidez de detectar: si el otro día estuve valiente, hoy creo que lo estoy más todavía, dijo en la televisión pública.
Ese día volvió a engrandecerse la figura de un gran hombre que, con acciones como esa y porque la necesidad aprieta, me recuerdan los principios de fuerza y honor de Máximo, aquel aclamado general romano que acabó siendo Gladiator (y El Hispano, por su origen) para la plebe que le adoraba.

martes, 17 de noviembre de 2009

Juventud, divino tesoro

Siempre he defendido que determinados asuntos deberían ser declarados cuestión de Estado, es decir, para que se aprobara una ley se exigiría el consenso de las dos fuerzas políticas mayoritarias de nuestro país, evitando así el cachondeo al que nos tienen acostumbrados de cambiar, cuando gobiernan, lo que hizo el otro cuando gobernaba. Y a mi modo de ver, cuestión de Estado consiste en encerrar en una habitación a los representantes políticos; encerrados sin comida ni agua, y de allí no salen hasta que lleven en el mano el acuerdo.
Siempre he defendido que la Educación debería tener una consideración de este tipo, no sólo por lo importante que resulta en la vida de una persona, sino por la dudosa calidad del actual sistema educativo español; y eso no es algo que aprecie únicamente yo, sino que creo que por ahí hay algún informe que otro en este sentido.
Viene todo esto al hilo de que el otro día me enviaron un vídeo sobre este tema, es decir, sobre la cultura general que tienen nuestros jóvenes, los futuros gobernantes de este país. Lo hizo Antena 3, y no tiene desperdicio.
O a lo mejor lo de la Educación en España no responde más que a una estrategia más que diseñada por aquello de El saber os hará libres.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Se equivoca Carlos Sánchez

En los trece años que llevo trabajando en los medios de comunicación he conocido a mucha gente; unos me han resultado más interesantes que otros, pero si tuviera que elaborar una lista con las diez personas que más me han impactado, en ella estaría sin lugar a dudas el nombre de Carlos Sánchez.
Se trata, lógicamente, de una apreciación nada objetiva y totalmente subjetiva, marcada muy mucho por mi pasión por el deporte en general y el fútbol y el Real Jaén en particular. Por eso me llegó muy pronto y muy hondo un tipo, desconocido hasta entonces para mí, pero que demostró sus... valentía asumiendo un enfermo en estado crítico llamado Real Jaén que había sido despedazado continuamente en la historia más reciente, por el que nadie daba un duro, ni siquiera los empresarios del terruño.
En estos años como presidente del club no sólo ha ratificado su valentía (manteniendo el proyecto pese a las muchas tentaciones de venta que ha tenido, unas más solventes que otras), sino que ha ido aprendiendo su trabajo con excelente nota, y además ha demostrado con hechos su inmensa generosidad con el Real Jaén pues no sólo se ha dejado su dinero sino también lo más preciado que una persona puede dar: la salud.
Todo esto ha hecho que la sintonía entre afición y Carlos Sánchez alcance unos niveles de excelencia que jamás he visto yo (tengo 37 años) por este lugar.
Pero en los últimos días Carlos se está equivocando de todas, todas. Me refiero a esa rueda de prensa convocada recientemente para aclarar las muchas dudas surgidas en torno a la viabilidad económica del club, y que finalmente se convirtió en una especie de púlpito desde el que arremetió contra demasiada gente. La mejor prueba de la acción errónea del presidente la tenemos en el hecho de que en los días posteriores se ha hablado más, muchísimo más, sobre este secundario aspecto que sobre para lo que habían sido convocados los medios de comunicación.
Me decía el otro día un importante político de Jaén que hoy día hay dos tipos de presidentes de fútbol: puedes ser Florentino Pérez (que si hacen falta 70 millones de euros, los pone encima de la mesa, y punto) o Carlos Sánchez (como ejemplo del representante del fútbol modesto, muy necesitado de ingresos, y que por eso mismo, porque depende de la generosidad de otros, hay que lanzar buenas palabras en lugar de balas mortíferas en dirección al entrecejo de alguien).
Desde el primer momento en que vi la reprobable intervención de Carlos me quedé totalmente sorprendido. No entendía, y aún hoy sigo sin entender, esa pérdida de papeles, ese abandono de la mesura y el talante que han caracterizado siempre al presidente del Real Jaén. Entiendo que ha aguantado carros y carretas, que la presión que sufre en lo económico tenderá a estar últimamente más próxima a un volcán en erupción que a otra cosa, pero ni siquiera eso es razón suficiente para rajar como lo hizo.
Una persona pública como él, al igual que un concejal, un alcalde, un diputado... tiene, por el simple hecho de ocupar el puesto que ocupa, la obligación de aguantar todo tipo de chaparrones; unos serán quizá razonados, aunque duelan; otros serán completamente injustos y basados en datos erróneos... pero la mejor forma de responder es callar y seguir con el duro trabajo diario que, alcanzadas las metas fijadas, callará todas las bocas. No obstante, y en caso de querer responder a un ataque injustificado y basado en el error, tenemos todo el dereco a contestar pero no utilizando las mismas formas que el atacante, sino con más clase para diferenciarnos de la chusma en lugar de equipararnos con ella. Y, por supuesto, antes que dar un paso en este sentido cerciorarnos al 120% del ataque que nos han propinado porque el entrar al trapo de oídas puede dejarnos con el culete al aire.
Entiendo que las urgencias económicas del Real Jaén tengan a Carlos Sánchez en una situación límite, pero en una situación como la del Real Jaén, la solución jamás podrá ser la huida hacia delante.
Carlos, insisto, se equivoca, y no sólo aquel día, sino que se sigue equivocando si se empeña en continuar por la senda bélica en lugar de regresar a la de la mesura que tantos y tan buenos resultados le ha dado.
Concluyo con una frase, no sé si refrán o proverbio chino, que escuché recientemente: Equivocarse es de humanos; persistir en el error, de locos.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Llueve sobre mojado

Esta mañana he asistido al acto de inauguración de un monumento, en el patio trasero de la Diputación, en contra de la violencia de género, y en recuerdo y memoria de tantas mujeres que han sido, y aún (por desgracia) serán víctimas del también denominado terrorismo doméstico.
Ha sido un acto emotivo, muy emotivo. Me ha sorprendido un dato que ha dado la consejera de Bienestar Social: de las once mujeres que han fallecido en lo que va de año en Andalucía por esta causa, sólo una había puesto anteriormente alguna denuncia. Esto viene a confirmar que la violencia machista sigue siendo sufrida en silencio, en la intimidad, entre las cuatro paredes del miedo que pocas, muy pocas, se atreven a intentar siquiera proclamar a los cuatro vientos. Y es que, como también decía Micaela Navarro, hay que articular las medidas necesarias porque en la gran mayoría de los casos, el dar el paso de la denuncia supone irremediablemente no poder volver, no ya a casa, ni siquiera al pueblo donde se vive. ¡Qué bien nos sabemos la teoría, pero qué mal la aplicamos!
El hermano de Rocío Estepa, la jienense asesinada hace unos años, venía a confirmar las palabras pronunciadas por la consejera, pero también a dar un toque de atención a los jueces, cuando indicaba que para que la mujer pueda dar ese paso de la denuncia tiene que sentirse segura, y hoy por hoy no lo está ni mucho menos cuando algunos magistrados anteponen los intereses del agresor a la protección de la víctima.
Francisco hacía igualmente un llamamiento al propio entorno de las víctimas, apelando a estar atentos a las posibles agresiones que puedan estar sufriendo alguna miembro de la familia. Y es que el ganar esta auténtica guerra es cosa de todos, de las agredidas, por supuesto, pero también de sus más allegados familiares, amigos, vecinos, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de los políticos.... y también de los agresores, sobre todo, de los agresores porque, si no fuera por ellos, el problema no existiría.
Esta mañana me he acordado de Miguel Lorente cuando, en Mi marido me pega lo normal, defiende que estamos ante una agresión consentida e incluso amparada por los valores de la sociedad en que vivimos; y también de Joaquín Sabina quien, junto con Fito Páez, nos dice que en este tema Llueve sobre mojado.

lunes, 9 de noviembre de 2009

El libro más leído

Como en esta sociedad en la que vivimos existe una especie de plurito por ser el mejor en cualquier ámbito, sobran los estudios para saber quién es el número 1 en prácticamente todo. Ahí hay quien dice que la Biblia es el libro más leído de la Historia, aunque otros destacan El Quijote, y aún un tercer grupo habla del folleto de Ikea. Igual son estadísticas que han variado ya con los fenómenos editoriales de los últimos tiempos, aunque como la Biblia y El Quijote lleva más años en el mercado, serán todavía difíciles de desbancar.
En cualquier caso, creo que en no demasiados años seguro que llega a lo más alto del ránking, o muy cerca, el folleto de juguetes de El Corte Inglés, o de Juguetoon, u otro por el estilo. Y es que en estos días se ha convertido en el libro de cabecera de... ¡¡¿todo el mundo?!! Y no se lee una vez, sino otra, y otra, y otra... y además en familia: todos juntos en el salón a la par que vemos los anuncios, en la cocina mientras la cena, en el baño mientras le mandas una carta a alguien. Lo dicho, ¡¡¡¡¡la leche!!!!!
Cómo han cambiado los tiempos. Porque no hace demasiado me acercaba al escaparate de la tienda que Antonio Lopera tenía en el pueblo. Cuando los perfumes y las ropas desaparecían y eran sustituidos por juguetes era porque había llegado la Navidad. Ahí estaban un millón de camiones, pistolas, muñecas, coches dirigidos o no... aunque para mí la estrella era el balón de cuero de fútbol. ¡¡Cuántas horas pasadas con la nariz pegada en el cristal!! Y lo mejor era que el 6 de enero los Reyes cumplían.
Ahora la cosa ha cambiado. Es un tal Papá Noel quien trae unas pocas cosas el 24 de diciembre por la noche (por eso de que así los niños tienen los días de vacaciones para disfrutar con ellos), y los Reyes llegan el 6 de enero casi por cumplir.
Se pide por catálogo, a la carta, casi, casi sin límite, aunque, eso sí, aprendiendo idiomas: wii, psp, nintendo ds, o la lite, o la e, o los gormitis, o los power rangers...
¿Hemos perdido un poco el norte? Creo que sí. Hay que volver a la cordura porque de lo contrario corremos el peligro de que se pierda una ilusión que ya está muy, muy tocada.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Happyshifting

Happyshifter es el término con el que se define a la persona que busca la felicidad a través del trabajo. No son ni los workaholics (adictos al trabajo) ni los downshifters (reniegan del trabajo).
El happyshifter no es aquel que sólo busca y encuentra la felicidad trabajando, sino que procura aferrarse a las cosas positivas de su trabajo para que esas horas (muchas) que pasamos ejerciendo una profesión nos resulten positivas, satisfactorias, y se enmarquen en el contexto general de felicidad en el conjunto de nuestra vida. Lo tienen tan claro que, en caso de verse sobrepasados por el hastío, la desgana, el sentir que esa tarea no les aporta nada, que no merece la pena, que es imposible encontrar algo bueno o positivo... en lugar de rendirse, optan por cambiar de empleo o de empresa para buscar la realización personal en otro lugar.
Me parece una magnífica filosofía de vida. Creo ciertamente que en todos sitios cuecen habas, de ahí que cuando tenemos un día malo en el trabajo, no es porque seamos peores o porque nuestra empresa sea la peor; se trata simplemente de que en esto, como en el resto de los ámbitos de la vida, hay altibajos, y no es algo que sólo nos ocurra a nosotros sino que todo el mundo pasa por esas etapas.
Me parece un error la postura de esas personas -alguna conozco- que tiene en su jornada laboral una especie de suplicio que hay que pasar cada día, y que se da por bueno el penarlo porque se trata de la forma de ganarse la vida, y que permite dar estabilidad (económica) al resto de nuestros quehaceres familiares, de ocio, formativos, etcétera. Y creo que se equivocan porque considero que sería un suplicio excesivo teniendo en cuenta que quizás sea en el trabajo donde pasamos la mayor parte de nuestra vida.
Seamos realistas: resulta imposible aislar completamente nuestra vida profesional de la personal. La conexión es evidente e inevitable, y lo que pasa en una (sea bueno o malo) influye irremediablemente en la otra. De ahí que cuanto más positivos y felices seamos en un lado, también lo seremos en el otro: practicar happyshifting.
Acabo con una cita que viene a confirmar esta teoría. Es del periodista italiano Roberto Saviano quien, en su exitosa novela Gomorra, dice lo siguiente: Cuando el trabajo sólo sirve para mantenerse a flote, para sobrevivir, sólo para uno mismo, entonces es la peor de las soledades.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Cierto dolor es bueno

Hace algunas semanas me sorprendí leyendo el cuadernillo de economía de un dominical. Me llamó tremendamente la atención que un gran empresario de este país, propietario de una multinacional con sede en España y que gana una pasta, tanto la empresa como él, decía que su filosofía de empresa pasaba por estar siempre al pie del cañón, y tiraba de refranero -todos sabéis lo aficionado que soy al refranero español y al proverbiero chino- para justificarlo diciendo que El ojo del amo engorda el caballo. Es decir, que para que los negocios vayan bien hay que estar muy encima, vigilar al caballo, y darle de comer...
Me parece una filosofía muy acertada, aunque no es aplicable únicamente al mundo de los negocios y de la empresa sino a cualquier ámbito de la vida.
En cualquier caso, este hombre viene a confirmar con esta teoría aquello de que la única forma de que mires por algo es que te duela, que lo sientas y si va mal tú te sientas mal. Por eso es bueno cierta clase de dolor, aquella que te hace reaccionar, ponerte las pilas, tener enchufados los siete sentidos porque de lo contrario no sólo fracasa tu historia sino tú mismo.
Qué lástima que esto sólo se aplique en la empresa privada. Otro gallo nos contaría si en la Administración se midiera por este mismo rasero; pero la cruda y dura realidad nos demuestra que ante el dolor positivo -que también lo hay en lo público- triunfa, y de qué manera, aquellos otros dichos como A mi plin, yo duermo en pikolín, o el aún más dramático Yo, para lo que me queda en este convento, me cago dentro.