martes, 28 de septiembre de 2010

Lectura obligada poco gratificante

Seguramente no os supondrá extrañeza alguna esa historia en la que un grupo de piratas no duda en dejar el barco aparcado junto a la costa africana para penetrar a pie en el continente hasta rescatar a la amada del capitán, que fue secuestrada hace tiempo, y de la que ahora han conocido su paradero.
La cosa se vuelve un poco particular cuando añadimos que los piratas deciden llevarse en su misión de rescate todos los enseres del barco, desde los cañones hasta el menaje de la cocina; todo es colocado sobre una enorme ballena que tenían en la nave, y de la que no quieren desprenderse. Así, todos a una, el equipaje sobre la ballena, y la ballena sobre los hombros de todos.
Esta historia más loca que cuerda es la que nos cuenta Juan Muñoz Martín en El pirata Garrapata en África (Ediciones SM. El Barco de Vapor. Madrid. 2001. 137 páginas). Es la tercera aventura de este pirata tan especial, cuyos increíbles viajes no acaban aquí sino que continúan a lo largo de varios libros.
Ya digo que se trata de una historia insólita con tribus africanas que le cortan el pelo a sus víctimas con maquinillas eléctricas; de orangutanes no sólo parlanchines sino impecablemente vestidos con traje y chaleco; y un sin fin de situaciones insólitas dirigidas a niños a partir de nueve años. Al final, final feliz, aunque no del todo. Por cierto, de lo mejor, la tribu de los malos, de los secuestradores, llamada los Tragaldaba, caníbales cuya ciudad es
...grande y hermosa. Grandes casas de barro, árboles, plazas y el gran palacio del rey Mendrugo en el centro. ¡¡¡Toma ya!!!
Abordo esta lectura porque es la primera que le han ordenado a mi hijo Guillermo, de nueve años, en el cole. Yo, como ya sabéis, leo a la par que él, y de esta manera no sólo lo controlo sino que me adentro en mundos en los que no penetraría de no ser por esta cuestión. Espero que la lectura me sirva, al menos, para aprender de un tipo de obras muy particulares que quizá aborde cuando inicie (si alguna vez lo hago) mi etapa de escritor. En esta ocasión estoy un poco desconcertado porque el libro no me ha resultado atractivo; una historia extremadamente simple aliñada con un sin fin de minihistorias esperpénticas que no ayudan más que para despistarte. Yo me pierdo muchas veces... ¿Y un niño de nueve años?.
Le he preguntado a Guillermo y dice que lo único lioso ha sido los muchos nombres de los muchos personajes. (¡!) Lo dicho, a seguir aprendiendo... y quizá a sufrir porque el pasado curso escolar el niño se leyó 36 libros.

domingo, 26 de septiembre de 2010

No merece la pena

Ya vi Avatar la primera vez que se pudo disfrutar de ella en los cines, pero me quedó la cosilla de verla en 3D. Por aquel entonces no había salas de este tipo en Jaén capital, y tras salir de la sesión normal pensé que ésta era una de esas cintas que sí justifican la existencia de las tres dimensiones. Por eso, y porque aquella primera vez entré en la sala con la película empezada y me perdí un poquito del principio -no os podéis imaginar la rabia que me da que me pase eso-, he decidido verla de nuevo.
Lo he hecho este fin de semana, no sólo atraído por esas cosas que os indico, sino también porque anuncian en la promo la existencia de imágenes inéditas. Y he ido a pesar del robo que entiendo que es pagar 8,4 euros por una entrada.
Fui ayer sábado totalmente predispuesto a salir encantado, y sin embargo salí decepcionado. La película volvió a gustarme, como la primera vez, pero no le he sacado al 3D el valor añadido que se le presupone. En numerosísimas ocasiones me levantaba las gafas, y podías ver perfectamente, por lo que me da la impresión de que esta segunda entrega ha sido una especie de timo para hacer más caja aún, y eso que ya hicieron mucha en su día, siendo la más taquillera de la Historia tras Titánic. Además, las gafas resultan incomodísimas, y molestan en exceso tras la media hora aproximadamente de proyección.
Creo sinceramente que no merece la pena. Sin embargo, la sala estaba casi llena.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Así fueron las cosas, y así se confirma ahora

Hubo una época en la que en Onda Jaén RTV se apostaba por la televisión y por la radio. Ello significaba, entre otras cosas, que en determinadas ruedas de prensa o comparecencias públicas acudía un redactor para la televisión, y otro para la radio. Por aquella forma de actuar hubo quien fue criticado hasta la saciedad: que si era un despilfarro de dinero público, que si se estaba haciendo un mal uso de trabajadores municipales, que si no se sabía organizar el trabajo... Le dijeron de todo menos bonico.
Estos días he comprobado cómo la radio y la televisión pública regional (Canal Sur) no sólo envía de manera puntual a un redactor para la televisión y otro para la radio, sino que tras departir brevemente sobre el asunto con los compañeros, son ellos mismos quienes me confirman que es la forma de actuar SIEMPRE a la hora de abordar ahora el trabajo diario. Y nadie dice nada. Y me parece bien que nadie berree porque no sólo no hay que rechazar sino alabar y potenciar este tipo de formas de trabajar.
Con este tipo de cosas queda más que confirmado que las durísimas críticas
que se vertieron contra Onda Jaén no fueron laborales/económicas/organizativas... (como se decía) sino políticas. Politiquísimas diría yo.
Enhorabuena para Canal Sur.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Más bueno que malo

Ayla vive en El Valle de los Caballos (Jean M. Auel. Círculo de Lectores. Barcelona. 2002) su particular aventura personal. Se trata del segundo de los cinco libros que conforman la saga Los Hijos de la Tierra. En el primer libro (El Clan del Oso Cavernario) nos cuentan cómo Ayla es recogida por la tribu del Clan del Oso Cavernario una vez que queda huérfana y completamente sola tras morir toda su familia, toda su caverna (el Clan de los Otros), a causa de un terremoto. Allí vive durante años hasta que su natural rebeldía hace que la convivencia sea imposible; por ello, es castigada a marcharse y no volver, como si estuviera muerta, dejando atrás incluso a su hijo de pocos años de edad.
Ayla inicia en este segundo libro la búsqueda de su gente, Los Otros. Llega a un gran valle que toma como residencia provisional para pasar el invierno y continuar su viaje en la próxima estación. Pero allí se queda más de lo previsto gracias a una magnífica relación con la naturaleza y con los animales de la zona.
Su vida cambia drásticamente cuando tiene su primer contacto con personas: los hermanos Jondolar y Thonolan, de la tribu de los Zelandonii. La autora vuelve a deleitarnos con una magnífica descripción de las relaciones entre representantes de culturas diferentes, a lo que se suma el siempre atractivo
componente derivado de las conexiones/desconexiones hombre/mujer.
Jean Marie Auel es una auténtica experta en la época prehistórica, y así lo demuestra con interminables y aburridas descripciones de cómo aquellas civilizaciones construían barcos o herramientas, cómo eran sus cacerías o bodas, a la vez que realiza soporíferas descripciones de paisajes, plantas, comidas, animales... Es el componente divulgativo del que abusa en el primer libro, y que mantiene en este segundo; por ello, algo que podría quedar en unas 200 páginas sobrepasa las 600.
Frente a este elemento negativo, también encontramos uno positivo. Me refiero a la descripción que realiza de las relaciones entre las personas: sus principios y valores, sus miedos, sus costumbres, las diferentes actitudes que tienes clanes distintos frente a una misma situación (homosexualidad, papel de la mujer/hombre, religión, ciencia, relaciones sexuales...). Es lo que más me gusta, la historia en sí del libro que la autora relega a un segundo -y a veces tercer- plano en favor de demostrar su dominio de aquella época.
Entiendo que Jean Marie ha adquirido sus amplísimos conocimientos sobre la naturaleza, animales, costumbres... a partir de los yacimientos existentes por todo el mundo, y que ella ha estudiado minuciosamente. ¿También es posible eso con las relaciones humanas? Yo quiero creer que sí, sobre todo porque se nos presentan unas civilizaciones de hace miles de años con casi los mismos problemas que caracterizan a las sociedades del siglo XXI.
A pesar de los contras, me quedo con los pros. Ya me he hecho con la tercera parte.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Otra decepción

No es nada novedoso en el cine una historia en la que un antiguo sabio, héroe, dios... transmite su sabiduría, poder, espíritu... de generación en generación a alguien que nace cientos/miles de años después. No sólo no es nuevo ese argumento sino que la historia del cine está llena de ejemplos.
Se trata de algo recurrente pero no por ello negativo, sino que puede resultar todo lo contrario. Otra cosa es la gestión que posteriormente se haga de esa historia en la película.
Airbender se enmarca en este contexto, y no me gustó. El aprendiz de brujo también, y tampoco me ha gustado. Y eso que he ido al cine con gran predisposición positiva, pese a que mi hijo (de 9 años) me decía insistentemente que nos estábamos equivocando. Finalmente no he tenido más remedio que darle la razón. A priori, en la balanza positiva situé el que era una historia con origen en la Edad Media, con repercusión en la actualidad; también que el maestro del aprendiz es Nicolas Cage, que me gusta mucho; igualmente me atraía el que la figura del malo la representara el cardenal malo de El Código Da Vinci, otro tipo que también me agrada.
Como digo, y pese a esas cosas positivas que veía antes de entrar en la sala, fracaso total. Y creo que todo se debe a la figura del héroe principal, del aprendiz de brujo. Creo sinceramente que no se puede diseñar para héroe la figura de un tontorrón que es así de principio a fin. Al final pasa lo que tiene que pasar, pero no resulta atractivo, sino todo lo contrario, el que el tipo idiota no sólo se lleve el éxito sino también a la chica.
Otra película más apropiada para el DVD -si acaso- que para el cine.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Radicalismos artificiales

Los movimientos de grandes nombres de periodistas/presentadores de los medios de comunicación en nuestro país han existido siempre, aunque en los últimos tiempos están siendo más llamativos porque resultan más habituales y, sobre todo, por la auténtica conmoción que ha supuesto el que Paco González y Pepe Domingo Castaño (y todo su equipo, y alguno más que era de otro) dejen la Cadena Ser y se marchen a la Cadena Cope.
Hace algunas semanas ya me refería a este asunto, y ahora quiero volver a él una vez que han debutado en su nueva casa. Aquí os dejo el vídeo de lo que yo entiendo es un momento histórico. Dura unos quince minutos, y aunque ya digo que es un documento para la historia porque a quienes nos gusta esto del periodismo nos pone los pelos de punta, el texto que lee Pepe Domingo al inicio del programa es para enmarcarlo.
Aunque os pueda parecer, a priori, un poco largo y, por lo tanto, apático para ver, os lo recomiendo encarecidamente. Intentad encontrar el tiempo necesario para disfrutarlo.
Creo que en esto de los medios de comunicación deben desaparecer los radicalismos que no hacen más que dividir en partes muy enfrentadas a la gente. Y la verdad es que no creo que la realidad sea tan así. En los medios hay espacio para el posicionamiento político, pero eso no quiere decir que todo sea así. Hay gente que se limita a hacer su trabajo de la manera más honesta posible, y punto. No hay nada más allá de eso.
¿Os imaginabais hace unos años a González, Castaño (y próximamente Lama) en la Cope? Pues ahí están. ¿Y ha pasado algo? Sólo que los de la Ser se tiran de los pelos por el malísimo negocio que han hecho. Algo que les tirará a la cara el próximo Estudio General de Medios. Remarco, mal negocio, porque van a perder dinero por un tubo. Al final todo se reduce a eso, y punto. Bueno, aquí ha habido algo más, pero eso sólo ellos lo saben; nosotros no podemos más que imaginárnoslo.
Ya lo dice aquel viejo proverbio chino, Si no cuidas de tus clientes (y empleados), alguien lo hará por ti.
Aquí tenéis el vídeo: